Cuando fuimos jóvenes, la mayoría de nosotras tuvimos a un grupo de mujeres que admirábamos cuando se trataba de la realeza: las princesas Disney. Estas mujeres se plantaron de cara a la adversidad, defendieron lo que creían, corrigieron los errores (normalmente errores que ellas cometían... pero ya nos desviamos del tema), y se veían increíbles mientras lo hacían. Muchas de nuestras princesas guardaban sus coronas en la bóveda solo para ocasiones especiales, pero Jasmín de "Aladdin" mantuvo su corona durante toda la película, ayudando a Aladdin cuando ella lo deseaba.

Digamos que te conviertes en reina, ya sea por magia, por matrimonio, o por lo que sea. ¿Qué clase de tierra te gustaría gobernar? ¿La gente estará contenta contigo gobernando, o se pondrán nerviosos cada vez que abrieras la boca? ¿Tu país sera un potencia política, o será más sutil en su representación ante el mundo? Muchas de estas percepciones caerán sobre ti: después de todo, eres el rostro del país ante el mundo. Como diplomática de tu país ante el mundo, tu apariencia será sorprendentemente importante. 

Cuando se trata de los accesorios de una reina, la corona es una de las cosas más importantes que puede usar para hablar sobre su país. ¿Deseas que sea más sutil con solo unas cuantas gemas, para decir que las cosas materiales no son tan importantes para tu país como otras cosas? ¿O la quieres para impresionar y dejar ciegas a las personas con la cantidad de piedras preciosas que tiene? ¡Tú decides! ¡Vamos a ver de qué lado del espectro caes, Su Majestad!